Rosca de Reyes, sabor, textura y color que perdura…

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Según la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, el consumo anual de roscas es un poco más de 4 millones de unidades. Utilizar ate de tejocote, «la fruta dorada de la nostalgia» en su elaboración resulta una productiva estrategia que favorece al fruto y sus productores….

Por Raúl Nieto Ángel (Colaborador)

La tradición de comer en convivencia  fraterna rosca de reyes el 6 de enero y eventualmente los días subsiguientes, había venido amenazando a una especie cactácea endémica de México en peligro de extinción: el acitrón.

El acitrón también se ha sustituido por jícama caramelizada y pintada.

El consumo excesivo de acitrón durante estas fechas ha puesto en grave peligro a la población de biznagas (Echinocactus platyacanthus) que se desarrollan principalmente en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Teotitlán; esta Cactaceae se distribuye entre los estados de Puebla y Oaxaca. Sin embargo, también crece en el desierto de Chihuahua, en Hidalgo y San Luis Potosí.

Como varias de las especies de cactus en el país, la biznaga tarda años en llegar a su madurez.

Restablecer la población de este cactus significa más tiempo: mucho más del que la industria de producción de roscas con acitrón requiere para mantenerse a flote.

Las biznagas -de las que se extrae el acitrón- cumplen una función fundamental en los ecosistemas desérticos de México. 

El hecho de que las biznagas corran peligro de extinción compromete también a otras especies que viven en los desiertos mexicanos, de modo que cada vez son más los esfuerzos para proteger a la biznaga de la explotación industrial.

Al considerar que la Rosca de Reyes compromete la vida de las biznagas, la SEMARNAT ha prohibido continuar la explotación de dicha especie para esos fines. Ahora, en sustitución del acitrón se utiliza tejocote en forma de ate.

De tal manera, se favorece también a los productores de esta especie frutal endémica de México. Es una productiva alternativa en el uso del tejocote, sobre todo en la época invernal por su elevado contenido de vitamina c y a, pectinas, fenoles, polifenoles y potasio. Esta combinación de nutrientes fortalece el sistema inmunológico.

Según la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, el consumo anual de roscas es un poco más de 4 millones de unidades. Se genera un ingreso mayor a 2,250 millones pesos, equivalente al 20 por ciento de los ingresos anuales de este sector en el país.

*El Doctor Raúl Nieto Ángel es un destacado especialista en frutales, es profesor e investigador de la Universidad de Chapingo y es el autor del proyecto productivo «Crecer en la Adversidad».

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