Por Carlos Alberto Villalobos Cortés
Cuando salió de su natal Alemania, lejos estaba de imaginar la serie de experiencias que viviría en México, Isabel Pistitsch estudiante egresada de bachillerato decidió hacer válido el apoyo que el Gobierno de su país (Alemania) pone al alcance de los jóvenes alemanes que se encuentran entre los 18 y los 25 años de edad y que consiste en cubrir sus gastos durante su estadía en el país del extranjero que elijan para conocer y vivir experiencias de vida.
Isabel una linda chica de grata sonrisa y actitud afable, a quien tuvimos oportunidad de conocer a su llegada a la Unidad de Capacitación para el Desarrollo Rural (UNCADER) 2 de Coatepec, hoy finalmente podemos platicar, una espera de 10 meses desde aquella primera vez que nos presentaron, su español es mucho mejor, más fluido y un mayor vocabulario, por momentos parece que ya lleva años viviendo en México, su dominio del idioma se nota desde que la saludamos nuevamente en la misma UNCADER.
Sin mayor recato la «alemana», como la llamaron con cariño en las comunidades que visitó, se sienta en el piso del cobertizo que hace las veces de gallinero, no me queda mas que hacer lo propio y comenzar la charla, Isabel apenas espera la primera pregunta de mi parte para compartir su experiencia en México
«Las mejores experiencias que hice fueron en las comunidades con diferentes tipos de gente, donde hice diferentes cosas como el agro, para la conservación de alimentos, en el área de herbolaria, donde llevamos talleres para hacer shampoo, jarabes y en algunas comunidades nada más me fui para conocerlas y conocer los grupos con los que trabajamos aquí en la UNCADER».
Para poder enseñar a los pobladores de las distintas comunidades los talleres que la UNCADER lleva, Isabel se tuvo que emplear a fondo para dominarlos en el menor tiempo posible.
Isabel menciona que esta fue su segunda visita a México, la primera vez que visitó nuestro país lo hizo en Yucatán y lo hizo de paseo, por ello para ella fue descubir un México diferente.
«Me imaginé como la gente me iba a recibir en las comunidades porque yo soy como una güera que viene de Alemania, porque a veces pueden ser cerrados, porque son una comunidad, pero después de 10 meses puedo decir que no tengo una sola mala experiencia, todos me recibieron de una manera superlinda, eso es una de las cosas que me voy a llevar, como que la gente de aquí son superamables y no les importa de donde vienes te recibe con su corazón».
Vida Sustentable
Isabel está convencida de las bondades de consumir alimentos sustentables, su estadía por México le permitió conocer la forma sencilla de vivir de los habitantes de las comunidades viven con lo indispensabe sin frivolidades como sucede en las ciudades y eso definitivamente le ha parecido el modelo más cercano a lo que ella busca para su vida adulta.
Su llegada a Coatepec se dio de manera «fortuita», la estudiante extranjera comentó que ella solo hizo la aplicación marcando su preferencia por el país al que deseaba visitar para realizar su estadía y sus preferencias sobre las áreas que prefería, en este caso animales y sustentabilidad y el programa la trajo a la UNCADER 2, no existen opciones. Isabel mencionó que son 17 chicos (varones y mujeres) que en este año hacen ese servicio en México y todos (exepto ella) están trabajando en escuelas o con proyectos con niños o con gente adulta en las ciudades a lo cual se dice feliz por ser la única que tiene un proyecto relacionado al tema agropecuario y el desarrollo sustentable.
Durante la charla Isabel reconoció que en su natal Alemania los jóvenes no ven el campo como una opción laboral, a pesar de poseer extensiones cultivables de mediano tamaño, la modernidad ha alcanzado a las nuevas generaciones y el campo no es una opción, ella misma a pesar de haber aprendido y vivido durante diez meses un poco de lo que el campo representa, ha decidio estudiar Ingeniería Civil, ya que mencionó le gusta lo relacionado a la construcción y en especial las viviendas sustentables. En su vida diaria Isabel se visualiza viviendo en su casa, cultivando sus propios alimentos y llevar una vida más económica.
«En Alemania es como en México, los jóvenes no quieren trabajar el campo, las familias que tienen terrenos o fincas no saben como lo van a hacer en el futuro pues sus hijos no quieren continuar, si tenemos campo a las afueras de Alemania pero no se parece a las comunidades de aquí, cuando regrese quiero platicar de México porque en Alemania les gusta México como Cancún, Acapulco pero no conocen la parte rural de México, allá todos piensan que en el campo solo son drogas y el narco, pero no es cierto, a mi me gustaría platicar que México no es así, que hay gente super amable y que vala la pena conocer esa parte de México y además para la relación México y Alemania».
Finalizamos la charla con esta jovencita alemana que se ganó el corazón de muchos de sus compañeros en la UNCADER e inclusive de las comunidades que visitó preguntando alguna experiencia que le haya marcado su estadía en este tiempo.
«Son muchas, pero creo que una de ellas fue hace algún tiempo en la segunda visita que hice a Ayahualulco, habían pasado como dos meses de aquella primera visita y cuando regresé todos dijeron ha eres la alemana y me dijeron mi nombre y eso fue algo como una experiencia de ¡No manches! como la gente si te conoce y te recuerdan de esa manera para mi fue de ¡No lo pude creer! solo estuve como dos horas en esa comunidad y además la gente tiene su vida allá y sus problemas y que recuerden que una alemana estuvo allá y me recuerden por mi nombre para mi fue una experiencia que no puedo tener en Alemania porque la gente allá es diferente, es más fria, cuando voy a una comunidad siempre regreso con algo que me regalaron, me encanta porque la gente es tan amable, no tienen mucho pero la gente siempre me regalan algo y te invitan a comer».
La germana reconoció la calidez y gratitud de los mexicanos
«Justo hace unas semanas fui a Xico y vi un mercado de campesinos dije ha bueno voy a ver qué hay y caminando en el mercado y me tocó por detrás una mujer con la que hice jabones con hierbas y ahorita ella está vendiendo sus cosas que le enseñé a hacer y para mi fue de ¡No Manches! no lo pude creer«.
