Dicen que los dichos populares algo tienen de razón, en el imaginario colectivo del pueblo de México al igual que sucede en otros países, existe la creencia de que el consumo de ciertos tipos de carne o derivados de animales, algunos domésticos y otros en estado salvaje, producen efectos positivos al organismo del ser humano.
El conejo no es la exepción, quizá por eso el slogan de «Coma Conejo para que no se haga viejo» o No se haga viejo, coma conejo» viene como anillo al dedo para hablar de las propiedades de la carne de este pequeño mamifero.
Comencemos por explicar que su carne es un alimento rico en proteínas y muy bajo en grasas, su precio en canal es bajo comparado con la carne de animales como el cerdo o la res, sin embargo es poco consumida en nuestro país a pesar de ser una de las más recomendables en una alimentación equilibrada, por ser rica en vitamina B6 y B12 la carne de conejo debería ser mejor valorada por el sector médico ya que rarar vez la recomiendan a los pacientes pese a las proteínas que ofrece y el bajo nivel de grasa, incluso de sabe que es eficaz para reducir el ácido úrico, bajar de peso y reducir el colesterol, combate la arterosclerosis, por su bajo contenido de sodio es recomendada para las personas que padecen hipertensión o enfermedades renales, además aporta ácidos grasos benéficos para la actividad cardiaca, afirmaron las investigadoras Eloisa Chino Rosario y Claudia Alcázar Montañez de las Facultades de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán y de Medicina Veterinaria y Zootecnia, respectivamente.
Sin embargo y pese a la falta de información o difusión la carne de conejo sigue siendo poco consumida en gran medida porque son visto más como mascotas que como una fuente de alimentación, señalan los criadores y especialistas, datos recabados por investigadores de la UNAM arrojan un consumo per cápita de 128 gramos de carne de conejo por 32 kilogramos de pollo y 13.8 kilogramos de pescado y mariscos.
Fuente: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2022_302.html
