*Jóvenes no se involucran por falta de interés, prefieren agarrar el celular que el azadón: EGG
Por Carlos Alberto Villalobos Cortés
Según datos del INEGI de un estudio realizado en el año 2015 en México, la población de 15 años y más ocupada en actividades agrícolas, fue de 5.5 millones de personas (diciembre de 2015). De estas, 56% son agricultores y 44% trabajadores agrícolas de apoyo (peones o jornaleros). La base trabajadora femenina correspondió a un 11 por ciento del total siendo los estados de Chiapas, Guerrero, Michoacán de Ocampo, Oaxaca, Puebla y Veracruz de Ignacio de la Llave, quienes concentran el 58.7% de estos trabajadores agrícolas del país y su edad promedio se situó en los 41.7 años.
Actualmente se estima que el promedio de edad de los jornaleros agrícolas supera los 50 años, aunque desafortunadamente no podemos corroborar esas presunciones ya que los datos del Censo Agropecuario del 2022 estarán concluidos y presentados a la población hasta el 21 de Noviembre de 2023 según informó un empleado del INEGI vía telefónica a quien esto escribe.
Sin embargo basta darse una vuelta prácticamente por cualquier región del país con vocación agrícola para observar que cada vez son menos los hombres jóvenes que desempeñan la función de jornaleros agrícolas en gran medida porque el trabajo les resulta poco atractivo y/o interesante, con el consecuente «envejecimiento del campo» y por ende menor productividad.
En entrevista con Esteban García Gutiérrez, productor de quesos de cabra Tenepanoyan, comunidad enclavada en la zona centro montañosa de Veracruz y perteneciente al municipio de Tatatila, reconoció que para los jóvenes el campo no es atractivo «la veo nula, la juventud no tiene interés en el campo, inclusive aquí los hijos de los mismos campesinos ya no les es atractivo el campo porque desde pequeños no se han involucrado en las tareas propias del campo, por eso no es atractivo para ellos quedarse y prefieren irse a la ciudad quiza a engrosar las filas del desempleo, no le tienen amor a la tierra, no la quieren hacer producir».
García Gutiérrez apuntó que la falta de interés de los jóvenes por el campo proviene de que hoy prefieren el celular a trabajar con el azadón, el machete o la pala o echarle un bulto de estiércol a la huerta al tiempo de reconocer que mucha parte de la culpa la tienen los propios padres al permitirles pasar tanto tiempo en el celular.
«Yo me doy cuenta acá en el rancho, chamacos que no trabajan traen buenas motos, buenos celulares que no se cómo la harán para adquirirlos, no se si las deban pero traen buenas motos y buenos celulares y les vale…»
Otro de los factores, refirió el productor, «es la falta de autoridad por parte de los maestros, a quienes les han quitado esa facultad por temas de «derechos de la niñez y la juventud» situación que ha perjudicado porque hoy un maestro no le puede llamar la atención a un alumno como se hacía en el pasado, hoy la educación es deficiente por culpa de los padres y en el caso de los buenos maestros que quieren meter en cintura a los chamacos, no pueden porque sus estatutos internos y los propios padres se los prohiben«.
García Gutiérrez recordó durante la charla que hace algunos años platicó con el director de la facultad de medicina veterinaria de Veracruz y este le mencionó que antes sus proveedores de estudiantes eran los CBTAS y las escuelas secundarias agropecuarias (extinguidas) por lo que quienes ingresan a estudiar son de la ciudad por lo que existe escasez de médicos veterinarios que quieran atender especies mayores; caballos, vacas, burros, chivos, borregos, cerdos etc. y tienen ese problema porque sus veterinarios solo se quieren dedicar a pequeñas especies como perros, gatos y demás mascotas, la relación cliente-productor en este caso se rompió comentó el productor.
Respecto a la responsabilidad del estado en el abandono del campo, Don Esteban está convencido que existe parte de responsabilidad del Gobierno y parte de responsabilidad del propio productor. Según su experiencia el Gobierno los apoya cuando quiere y los productores han caído en el conformismo del cual no quieren salir «los productores le echamos la culpa al gobierno y el gobierno nos llamará flojos y a ellos les conviene y en parte a nosotros también nos conviene porque nos estamos quejando pero n hacemos nada para cambiar los resultados, por eso digo que es parte y parte».
Programas y apoyos sin supervisión propician gente floja
En palabras del productor, los apoyos que llegan a los campesinos terminan sin ser de utilidad ya que estos no son supervisados y los beneficiados terminan por deshacerse de ellos al venderlos y quedar nuevamente en la misma situación de precariedad por no querer trabajar «No quieren trabajar, ya se acostumbraron que llegar el recurso, hacen que trabajan y luego lo venden y siguen con una mano adelante y una atrás y los que queremos el recurso para trabajar llega fomento agropecuario del Ayuntamiento y dice no aquel tiene, para que le vamos a dar, le vamos a dar a este más jodido y a ese le vale… y sigue igual de jodido porque no le gusta trabajar el error del gobierno es NO darle seguimiento a sus programas».
«Tenemos que cambiar ambas partes, tanto el gobierno y nosotros como productores, tenemos que actuar diferente porque estamos como el azadón, nomás queremos para acá» mencionó sabiamente un hombre que desde pequeño encontró el amor a la tierra y a lo que hace, Esteban García Gutiérrez, valioso productor y hombre de campo de quien siempre hemos obtenido un excelente trato y apertura.
Fuente consultada: www.inegi.org.mx